¿Ser un caballero aún está de moda?
Cuando me he encontrado inmerso en esas situaciones, que por suerte no han sido muchas, he evitado contestar a esa mujer como se merece. Insisto en que no sólo me ha pasado a mí.
Tengo casos documentados sobre situaciones similares; y realmente me da mucha pena…..
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El querer abrir la puerta a una persona para que pase por delante de mí
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coger sus bolsas para que esa persona no este cargada
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querer pagar la cuenta en un bar/restaurante
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ponerme yo en la do de los charcos para evitar que se moje
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etc, etc, etc…
Es cierto que, culturalmente, al hombre nos han dado un rol de «protección», de ser el «escudo» de ciertas situaciones, de ser la parte «fuerte» de la sociedad; sin embargo, hay ciertos matices que, las personas que despotrican contra ese comportamiento, deberían tener en cuenta.
Sé positivamente, que los hombres que hacemos cosas como las que he enumerado más arriba, (y que las hacemos de corazón), no las hacemos sólamente con un cierto tipo de mujer… sino con todas. Es más, y ahora viene lo más divertido…. lo hacemos también con los hombres !!
A mi me han educado para ser cortés, respetuoso, generoso, y educado CON TODO EL MUNDO… es decir, que a un hombre, también le abriré la puerta e insistiré en que pase delante de mí.
De la misma forma, seré el primero en intentar pagar la cuenta y, si puedo evitar que pise un charco y para ello lo piso yo sin querer, también lo haré; si veo a un hombre cargado, intentaré ayudarle si él me deja.
Y es ahí donde entramos en la educación de la parte contraria:
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Si no quieres que te ayude, sólo dime que no es necesario y dame las gracias.
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al abrirte la puerta y pedirte que pases delante, si no tienes intención porque crees que no es adecuado, sonríe y educadamente dime que pase yo.
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Cuando llegue la hora de pagar la cuenta, y no quieres que pague yo, por los motivos que sea, juguemos a ver quién lo hace antes o lleguemos a un acuerdo.
y así en todos los casos…
Los hombres que nos consideramos «caballeros», no somos primitivos, ni machistas, simplemente somos educados; somos personas que nos gusta ayudar, respetar y proteger… pero A TODO EL MUNDO, no solamente a las mujeres.
Y desde mi punto de vista, creo que son muchísimo más maleducadas y retrógradas, aquellas mujeres que lanzan su «feminismo» hasta el punto de no permitir que nadie sea educados con ellas.
Mi hijo, desde que tiene uso de razón, y no levantando un palmo del suelo, ya cogía las bolsas de la compra a nuestros vecinos, y siempre ha abierto la puerta a todo el mundo para permitir que, quién sea pase por delante.

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José Ignacio Méndez