Vamos a embarcamos en un viaje a través del tiempo, un safari salvaje por las exuberantes selvas de la evolución humana. Imaginad, si podéis, un escenario donde los monos no solo saltaban de rama en rama, sino que también usaban corbatas y compartían memes en línea. Sí, estamos hablando de la maravillosa metamorfosis que nos llevó de ser simples primates, a los seres sociales y selfie-stick adictos que somos hoy en día.
¡Subid todos al “Expreso Evolutivo”, la evolución del “ser humano”!
El paso de primate a fashionista de pie
A medida que avanzamos en el tiempo, nuestros antepasados abandonaron su gusto por el pelo largo y las corbatas de lianas para descubrir las maravillas de la moda. Estoy seguro de que no fue sorpresa que el primer Homo sapiens en llevar una hoja de parra, cual tanga de diseñador, se convirtiera en la estrella de la tribu. La evolución, amigos míos, es un desfile de moda interminable, y nosotros somos los modelos, luciendo trajes de Homo habilis a “Homo fashionis“.
¿Quién necesita una linterna cuando tienes el fuego del conocimiento?
Pero la evolución no se trata únicamente de verse bien. Nuestros cerebros también estaban recibiendo una actualización, y no me refiero a las actualizaciones de software que arruinan nuestros teléfonos. La invención del fuego fue un juego de iluminación para la humanidad. Imaginaos el primer Homo erectus que tuvo la brillante idea de frotar dos palitos para encender una hoguera. Eso debe haber sido el equivalente a nuestro primer emoji de cerebro en llamas.
Y llegó la rueda: Rodando hacia un futuro mejor…
La rueda, ese círculo mágico de la innovación, finalmente rodó hacia nuestras vidas y revolucionó el transporte y la logística. De pronto, la migración humana se convirtió en un paseo por un parque de atracciones, con nuestras tribus rodando hacia nuevos horizontes, como un desfile de carros alegóricos en el Carnaval de las Ruedas.
De los jeroglíficos a los emojis: El lenguaje en modo evolución
Si los emojis son el lenguaje del presente, entonces los jeroglíficos deben haber sido los primeros memes de la historia. Nuestros antepasados nos dejaron un legado de imágenes talladas en piedra que cuentan historias de caza, rituales y quién sabe, tal vez incluso recetas de “cazuela de mamut”. Ahí, donde ellos dejaron un jeroglífico de un cazador triunfante, nosotros ahora dejamos un emoji de pulgar arriba, después de lograr una hazaña en el videojuego del momento.
El renacimiento y la explosión cerebral colectiva
El Renacimiento marcó un punto de inflexión en nuestra evolución cultural. El arte y la ciencia florecieron como flores extravagantes en un jardín de genialidad. Pero no os confundáis, no fue solo un período de genios solitarios: ¡fue una explosión cerebral colectiva de proporciones épicas! Da Vinci estaba pintando sonrisas en la Mona Lisa mientras, Galileo, miraba a las estrellas y se preguntaba si su GPS le estaba mintiendo.
Internet: Donde los gatos son reyes y las opiniones vuelan
El siglo XXI nos trajo la magia tecnológica de un internet maravilloso, esa vasta autopista digital donde los gatos son reyes y las opiniones vuelan más rápido que un cohete espacial. Las redes sociales se convirtieron en el nuevo campo de juego para nuestras conexiones sociales y un escenario para demostrar que realmente podemos hablar más de 280 caracteres en un solo aliento.
y por fin… Los selfies: Una oda a la vanidad moderna
Y aquí estamos, en la cúspide de la evolución humana: la era de los selfies. ¡Tomar fotos de uno mismo se ha convertido en un deporte nacional! Nos movemos por la vida con nuestros brazos extendidos, como si estuviéramos abrazando la cámara, capturando cada momento en una imagen que grita: “¡Miren lo fabuloso que soy!”.
En fin, queridos lectores, somos una especie que ha recorrido un camino larguísimo de monos saltarines a amantes de la moda con cámaras en nuestros teléfonos. Hemos evolucionado desde los tiempos en que nuestros antepasados se comunicaban con gruñidos y golpes en el pecho, hasta la época en que compartimos nuestra comida en Instagram.
La evolución es una comedia de errores en constante revisión, y nosotros somos los protagonistas de esta extravagante función.
Porque en este gran espectáculo de la evolución, somos los actores principales, los diseñadores de moda de la naturaleza y los protagonistas de la comedia humana más divertida de todas.
¡Seguid sonriendo y evolucionando, queridos compañeros humanos! Juntos, seguiremos buscando la siguiente fase de nuestro futuro, la cual soy incapaz de imaginar.
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José Ignacio Méndez