La Rueda de la Vida es más que un nombre…
Siempre he hablado de la necesidad de conocernos a nosotros mismos; hacerlo, supone el comienzo de un nuevo camino. De hecho, sin haber pasado ese proceso, es muy difícil tomar el camino correcto o las decisiones adecuadas.
Pero, como cualquier proceso dentro del desarrollo personal, no es tarea sencilla de hacer por uno mismo.
Las personas que nos dedicamos a fomentar el crecimiento personal en otras, usamos diversas herramientas; algunas de ellas, como ya os podéis imaginar, son las relacionadas con el Coaching, la PNL o el Mindfullness; pero también usamos otras que, por su versatilidad, pueden adaptarse a casi cualquier situación e incluirse dentro de cualquier proceso.
Una de ellas y, además, una de las más sencillas, es la llamada «Rueda de la vida».
Personalmente, considero que es una de las que más impacto causan en las personas. Su visión inmediata de la situación actual del individuo, es un pequeño detonante que puede ayudar a mover el engranaje del cambio.
Usada de la forma adecuada, durante un proceso de desarrollo personal, mostrará, con total certeza, la evolución de la persona a lo largo de dicho proceso. Algunos conceptos, ideas preconcebidas, pensamientos limitantes y otra serie de factores, provocan estancamientos y, eso se traduce, en facetas de la vida que no se realizan con la plenitud que una persona desearía.
Las facetas importantes en la vida de una persona son variadas y, evidentemente, su importancia no es la misma para cada persona.
Esas facetas son, por ejemplo:
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la familia
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las amistades
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el ocio
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el trabajo
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la salud
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el dinero
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la pareja
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los hijos
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las relaciones sociales
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el intelecto
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la espiritualidad
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la creatividad
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etc
Al dibujar la rueda, y marcar las facetas que hemos decidido trabajar, sean 6, 8, o 12, cada persona podrá comprobar, una vez marcado su valor, cómo ve su vida en ese momento y según su criterio.
No debemos olvidar que, el criterio de cada persona, su verdad y sus puntos importantes, son totalmente «personales e intransferibles«; es decir, cada uno tiene su visión y su verdad, y nadie tiene derecho a criticarla o a intentar cambiarla. La intención de todo proceso de desarrollo personal, es que cada persona adquiera la habilidad de reconocer, por sí misma, qué debe mejorar o cambiar.
Un ejemplo gráfico de una rueda es el siguiente:
En este ejemplo, podemos ver cómo la persona, ha escogido las facetas que considera más importantes en su vida; posteriormente, ha puntuado cada una de ellas del 1 al 10, y después, ha unido los puntos.
Si el dibujo resultante fuera un círculo casi perfecto y muy amplio, mostraría una vida «perfecta«; ya sabemos todos, que eso es muy complicado.
¿tendrá alguna relación?…
Con la ayuda adecuada, esta es una de las herramientas que pueden aportar grandes motivaciones para crecer y desarrollarse hacia lo que realmente queremos; descubrir lo que tenemos en nuestro interior y comprenderlo, es el comienzo de un viaje maravilloso que nos llevará a sitios de los que no tendremos intención de volver.
Si quieres más información, sobre la rueda o sobre los procesos de desarrollo personal, tan sólo debes escribirme.
Hasta entonces, espero que seas muy feliz !!!

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José Ignacio Méndez