Cuatro personas usando máscaras faciales humorísticas de bricolaje sobre un fondo azul, mostrando creatividad y humor.
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Las formas en las que enmascaras tu realidad

Los mecanismos de defensa psicológicos son herramientas utilizadas por el cerebro humano para protegerse de situaciones incómodas, dolorosas o amenazantes para nuestra integridad emocional. Fueron estudiados por Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, quien afirmaba que reprimimos pensamientos, emociones y deseos inaceptables o angustiantes. Estos mecanismos actúan como un escape de la realidad y pueden ser conscientes o inconscientes.

Conocer nuestra personalidad es importante para entender quiénes somos y el camino que debemos seguir.

Sin embargo, conocerla no es suficiente si no aceptamos lo que descubrimos en nuestro interior. Debemos aceptar que las cosas suceden, incluso aquellas partes extrañas de nuestro comportamiento que podríamos criticar.

Como digo siempre, autoconocimiento debe ir seguido de autoaceptación para un desarrollo personal posterior.

Es fundamental distinguir entre comportamientos destructivos y manías/defectos que forman parte de nuestro carácter. Los comportamientos destructivos varían de una persona a otra debido a nuestras experiencias vitales, cultura, familia y estímulos sociales. Estos comportamientos son soluciones inadecuadas a estímulos externos que nos parecen correctas en el momento, pero que no nos benefician a largo plazo.

El miedo, como una reacción física de supervivencia, desempeña un papel importante en nuestra vida. Nos alerta sobre el peligro y nos impulsa a alejarnos de él. El miedo genera una variedad de síntomas físicos y psicológicos, pero también puede paralizarnos en ocasiones.

Los mecanismos de defensa psicológicos son procesos que nos ayudan a enfrentar situaciones que nos frustran, generan inseguridad, miedo o ansiedad. Su objetivo principal es evitar el daño, ya que el ser humano está programado para vivir y evitar el dolor.

Sin embargo, estos mecanismos pueden enmascarar nuestra realidad y limitar nuestro crecimiento mental. Al bloquear emociones y sentimientos, podemos evitar el dolor a corto plazo, pero a largo plazo, estos mecanismos pueden convertirse en barreras para enfrentar situaciones y desarrollar creencias limitantes. No permitir que los mecanismos de defensa tomen el control de nuestras vidas, es crucial para evitar que se conviertan en bombas de relojería que estallen más adelante.

Hay que recordar que el uso excesivo de mecanismos de defensa puede impedir nuestro crecimiento personal y distorsionar nuestra percepción de la realidad.

Aceptar y aprender del miedo es fundamental para nuestro desarrollo.

En resumen, los mecanismos de defensa psicológicos son herramientas que utilizamos para protegernos de situaciones incómodas o amenazantes. Aunque pueden parecer beneficiosos a primera vista, es importante no dejar que controlen nuestras vidas y nos impidan enfrentar los desafíos emocionales de manera saludable. Aceptar nuestras emociones y aprender de ellas es esencial para nuestro crecimiento mental y personal.

José Ignacio Mendez, director del centro de coaching en asturias

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José Ignacio Méndez

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