En busca de la Paz y el relax al llegar a casa…. Todo el día trabajando fuera de casa, rezando por el momento en el que poder tener algo de descanso, pensando eso de….
¿Qué hago aquí? ¿Por qué hay que trabajar?
Es más, aunque el día haya ido genial, el cansancio y la necesidad de «desconectar», siempre van a estar latentes, y buscamos ese momento con ansia.
Por fin, el día laboral ha llegado a su término, y vamos de camino hacia nuestra casa… nuestro remanso de paz, nuestro castillo, nuestro sitio secreto para escondernos… Dejemos de lado la posibilidad de atascos en el camino de vuelta, que retrasa ese momento tan esperado a lo largo del día; centrémonos en que abrimos la puerta, entramos en nuestra casa, y la cerramos tras nosotros; respiramos y pensamos…. «ya está».
pero… realmente está?
«No he puesto la lavadora, tengo que sacar al perro, no tengo nada de cena, los niños no han recogido la habitación, tienen un examen mañana y están jugando a lo loco, se ha roto la plancha, y hay montones de ropa para planchar, tengo que ir a comprar, debo coser un botón de una camisa, debo llamar a un familiar y no tengo ganas, tengo que acabar un proyecto para el trabajo….
Alto !!!!!
La imagen que nos hemos empezado a hacer todos, al visualizar ésta escena, es realmente estresante. Todos sabemos, que es un caso muy real en mayor o en menor medida; seguramente, todos lo hayamos vivido muchas veces.
en mi opinión… esto no es vida !!!
Pero, no me refiero al hecho de tener tantas cosas pendientes de hacer; lo que no es vida, es que esas cosas pendientes por hacer, sean capaces de quitarnos momentos en nuestra vida; nos alteran de tal forma, que perdemos el concepto básico de orden y prioridades; y además de eso, probablemente, nos enerve tanto, que nuestro humor también se altera; la consecuencia será desahoguemos con la persona equivocada.
Vamos a plantear todo ésto de otra forma distinta:
El trabajo existe, porque gracias a él, cubrimos unas necesidades que queremos tener, y nos recompensan por ello; a veces no es el adecuado, pero sabemos que hay que aceptarlo; por lo tanto, mientras no se pueda hacer otra cosa, aceptémoslo y aprendamos todo lo que podamos.
Queremos tranquilidad al llegar a casa, y casi siempre, por un motivo o por otro, es muy difícil de conseguir. Pero, ¿y si nos planteamos la posibilidad de pensar en que, la tranquilidad y la paz están en nuestro interior?
Si permitimos que las situaciones nos superen, estamos perdidos; hay que sonreir ante las cosas que ocurren; y me refiero, a esas cosas del día a día que pueden llegar a superarnos, como las que relacionaba en el caso de antes.
¿qué importa lo que haya por lavar y planchar? PRIORIZAR, es el secreto para evitar que todo nos supere.
Podemos asumir muchos roles, responsabilidades y actividades; pero debemos ser capaces de priorizar y aportar a cada cosa la importancia que tiene. Sacar al perro o atender a los niños, es lo principal, pues son seres vivos; hagámoslo con paciencia y alegría, pues ellos, están con nosotros para lo bueno y para lo malo, y después… veamos esa serie que tanto nos gusta.
La paz en nuestra mente y nuestra vida es PRIORITARIA
Aprendamos a generarla y a vivirla; todo cambiará, incluso el brillo de nuestra piel !!!

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José Ignacio Méndez