y nuestra vida marcará nuestro aprendizaje
No creo que nadie dude de éste hecho. Los años que llevamos detrás nos han aportado todo tipo de experiencias, unas buenas y otras no tanto, y todas ellas han dejado su huella en nuestra personalidad.
Al igual que lo que hemos estudiado en el colegio, instituto o universidad nos permite desenvolvernos en ciertos ambientes….¿por qué no usamos los conocimientos adquiridos en todas nuestras experiencias?
Es más, las experiencias vividas por otras personas que nos las transmitieron en su momento, también nos pueden servir como referencia a la hora de tomar decisiones.
Es muy importante ser capaces de observar con calma lo que tenemos delante de nosotros, ya sean personas o situaciones concretas, y poder valorar, en base a nuestras experiencias, qué actitud debemos tomar según lo que veamos.
No tenemos la certeza total de tomar una decisión correcta, sin embargo, indudablemente el porcentaje de posibilidades de acierto, aumentará proporcionalmente a nuestra capacidad de recordar y valorar nuestro pasado.
Ese aprendizaje constante es básico en nuestra evolución como personas y no deberíamos dejarlo de lado, ya que si aprendemos a desarrollarlo, nos facilitará la toma de muchas decisiones importantes.
Existen refranes y proverbios relacionados con éste tema:
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«más sabe el diablo por viejo que por diablo»
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«Los conocimientos más valiosos son los adquiridos a través de la experiencia; de ahí que los ancianos sean sabios»
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«la experiencia es la madre de la ciencia»
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«la mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo»
y la lista podría continuar…..
Si ya nuestros ancestros pensaban esto mismo….¿no sería bueno seguir su ejemplo?

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José Ignacio Méndez