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Un leñador y su hacha

Muchas veces creemos que tenemos la razón, que sabemos lo que estamos viendo, que conocemos a las personas que nos rodean.

Y muchas veces nos equivocamos.

Lee esta historia, donde al final comprenderás lo fácil que es cometer errores. Y el daño que podemos llegar a hacer con esos errores.

El leñador y su hacha

Había una vez un a muy trabajador y amable que, un día, mientras se disponía a partir leña, se dio cuenta de que su hacha había desaparecido. Sin entender lo que había pasado, el hombre empezó a buscar por todas partes su herramienta de trabajo, sin éxito.

En medio de su frustración, comenzó a pasear sin rumbo, maldiciendo su mala suerte, cuando se cruzó con su vecino que entraba en su casa. Con una gran sonrisa y una actitud amable, el vecino saludó al leñador, quien, le respondió sin mayor miramientos mientras que, sin poder evitarlo, empezó a sospechar de él.

Continuó paseando sin rumbo y, a medida que su mente se iba llenando de sospechas, las características del vecino empezaron a parecerle cada vez más sospechosas: su sonrisa parecía falsa, sus manos temblaban y su manera de hablar era extraña.

No había ninguna duda, su vecino era el ladrón.

Continuó con sus cábalas hasta que, al llegar al bosque, tropezó con algo duro y cayó de bruces al suelo. Al mirar hacia atrás, para comprobar la causa de su tropiezo, encontró su hacha.

Entonces se dio cuenta de su error y de que no había necesidad de acusar a su vecino.

Arrepentido y lleno de vergüenza por sus pensamientos anteriores, el leñador volvió a casa con su hacha en la mano.

Al encontrarse con su vecino nuevamente y recibir su saludo otra vez, se dio cuenta de que su expresión, manera de hablar y caminar eran exactamente iguales a como siempre habían sido. Se sintió avergonzado por haber juzgado a su vecino de forma injusta, y aprendió una valiosa lección.

Esta historia nos enseña a no dejarnos llevar por las sospechas y a no juzgar a los demás sin pruebas.

A veces, nuestros pensamientos pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad, por lo que es importante ser prudentes y tener una mente abierta antes de sacar conclusiones precipitadas.

Así, podemos evitar malinterpretaciones y malentendidos, y mantener una buena relación con nuestros vecinos y amigos.

José Ignacio Mendez, director del centro de coaching en asturias

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José Ignacio Méndez

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