más tarde hablaremos del Mindfulness. En gran cantidad de ocasiones, al querer centrarnos en lo que estamos haciendo, no podemos evitar dar un salto al futuro; planificar situaciones que aún están por venir, puede convertirse en flashes repentinos; éstos momentos de visión, nos apartarán de la concentración que precisamos en el momento actual.
¿Por qué nos cuesta tanto centrarnos en lo que estamos haciendo?
¿El cerebro nos domina y estamos a su merced?
Pero….. (siempre hay un pero)
Hemos de reconocer que, en muchos momentos, es imprescindible prestar el máximo de atención posible.
Por lo tanto, no nos queda más remedio que desarrollar alguna técnica que otra para conseguir que estemos donde debemos estar en el momento que debemos estar.
Dentro de las diversas técnicas con las que una persona puede plantearse objetivos y centrarse en ellos para un objetivo en concreto (filosofía básica del Coaching), podemos usar técnicas complementarias, como por ejemplo el Mindfulness.
Son muchos los ejercicios y entrenamientos que podríamos desarrollar, pero vamos a centrarnos en los más sencillos, que se pueden realizar en cualquier sitio y que, con un poco de práctica, aportarán grandes beneficios:
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La respiración: que sea suave, constante por la nariz y profunda. el proceso es simple: llenarnos de aire, y soltarlo por la boca (sin mantenerlo mucho tiempo dentro) y sin forzar nada. Si notamos alguna distracción, no pasa nada, es normal. Hay que observar a aquello que nos distrajo y nuevamente volver a la respiración y concentrarnos en su proceso
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Los sonidos: hay que permanecer a la escucha, sin pretender identificarlos, tan sólo sintiéndolos tal cual son. Proceder con las distracciones igual que con la respiración. El sonido evoca pensamientos y sentimientos relacionados con él; centrémonos simplemente en aislar cada sonido haciendo que forme parte de nosotros.
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La Observación: elegir un objeto cotidiano y permitir que nos abstraiga del resto del mundo, pero sólo observándolo. Hacer que la mente se libere y centrarnos en ese objeto, no debe existir nada más.
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Contar hasta 10: sólo cerrar los ojos y centrar la mente en contar hasta 10, despacio, controlando la respiración; si se pierde la concentración hay que empezar de nuevo. Es muy común que ocurran ejemplos como éste: “Uno… dos… tres… tengo que acabar un trabajo. Nooooo, a volver a empezar…” – “Uno… dos… tres… cuatro… ahora sí popdré..… ¡otra evz he pensado !! Empezar de nuevo.” – “Uno… dos… tres… ahora ya lo tengo. Realmente estoy concentrando ahora…” (nuevo fallo). No importa …sigamos practicando.
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Evitar el piloto automático: Ante las tareas mecánicas, es muy normal conectar el «proceso automático mental», y eso hace que el cuerpo vaya solo mientras la mente viaja por el pasado y el futuro. Sólo decir que muchos accidente de todo tipo, vienen originados por éste piloto automático; poco más que decir….

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José Ignacio Méndez